Hubo una vez un vasto reino, gobernado por un gran rey. Un día, un mensajero irrumpió a toda prisa en la corte donde el Rey se encontraba con sus consejeros y principales oficiales, el mensajero dijo con un hilo de voz:
-Majestad, he venido desde la provincia en el extremo oriente del reino, los aldeanos se han rebelado, y ahora desconocen su autoridad.
El Rey medito un momento, a su alrededor todos miraban atónitos, era conocido por todos la importancia estrategica y económica de aquella provincia para el reino.
Su Consejero principal se acerco y murmuro al Rey:
-Alteza, si dejamos que esa provincia se rebele, no pasara mucho tiempo antes de que otras le sigan, ¡Debemos aplastar esta rebelión ahora!
Todos permanecían en silencio en espera de la reacción del Rey, el monarca suspiro profundamente y asintiendo con un gesto dijo:
-¡Preparen a todo el ejercito, partiremos ahora mismo a acabar con esta rebelión!
Así se preparo todo el ejercito, desde la infantería hasta la pesada caballería y los carros tirados por las bestias, el Rey también iba con ellos, al igual que los oficiales y los consejeros. Estaban a punto de llegar cunado el Rey se detuvo y le dijo a su ejercito:
-Para cuando caiga la tarde, no quedara ninguno de mis enemigos en pie!
Poco tiempo después llegaron y el Rey ordeno a Ejercito permanecer listos, bajo de su caballo y se aproximo al frente de los rebeldes. Los consejeros y oficiales murmuraban entre ellos:
-¡¿Acaso ha perdido la razón?!¡¡ lo mataran!!!
Así el Rey al llegar al frente enemigo comenzó a interrogarles por sus inconformidades y sus carencias, al mismo tiempo que enviaba a elementos del ejercito a repartir entre los pobladores las provisiones de la campaña, mientras que les planteo los problemas que había escuchado a sus oficiales y consejeros y les ordeno buscar y encontrar soluciones.
Al caer la tarde los pobladores satisfechos con las acciones del Rey, regresaron pacíficamente a su aldea, reconociendo nuevamente al Rey como su soberano y reverenciandole.
El Consejero principal se acerco al Rey y le dijo:
-Majestad, creo que ha sido débil, dijo que aplastaría la rebelión y que no dejaría en pie a ni uno solo de sus enemigos y en vez de eso los ha alimentado y resuelto sus carencias
El Rey que era muy sabio le respondió:
-Y lo he cumplido, la rebelión ya no existe y ¿Acaso ves a alguno de mis enemigos en pie? y sin necesidad derramar una sola gota de Sangre.La verdadera Grandeza no esta en el poder que se tiene, si no en como se usa
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