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Estoy añadiendo la traducción al español de las entradas que faltan, comenzando por las más antiguas y actualizando los links caídos, si les interesa alguna en especial, pueden comentar en ésa entrada, también si encuentran algún error en la traducción, gracias

viernes, 25 de marzo de 2011

En vida, amigo, en vida / En vida, hermano! ( Ana Maria Rabatte)


Encontré dos versiones de este poema, la primera es de Ana María Rabatté y es al parecer el original del cual se hicieron algunas pequeñas molificaciones.


la segunda es la mas común y generalmente esta catalogada como de autor anónimo



en fin les dejo ambas espero las disfruten y mas aun, lo pongan en práctica


Si quieres hacer feliz
a una persona que quieres mucho...
díselo HOY; sé muy bueno...
¡En vida, hermano, en vida!

Si deseas dar una flor,
no esperes a que se muera...
mándala, HOY, con amor...
¡En vida, hermano, en vida!

Si deseas decir: «te quiero»
a la gente de tu casa...
al amigo, cerca o lejos...
¡En vida, hermano, en vida!

No esperes a que se muera
la gente para quererla
y hacerle sentir tu afecto...
¡En vida, hermano, en vida!


Tú serás muy feliz,
si aprendes a hacer felices
a todos los que conozcas...
¡En vida, hermano, en vida!


Nunca visites panteones
ni llenes tumbas de flores.
Llena de amor corazones...
¡En vida, hermano, en vida!

Si quieres hacer feliz
a alguien que quieres mucho,
díselo hoy y dale gusto.
En vida, amigo, en vida.

Si quieres dar una flor,
no esperes a que se muera,
mándale hoy con amor,
en vida, amigo, en vida.

Si quieres decir "te quiero",
a la gente de tu casa,
al amigo, cerca o lejos, díselo
hoy, en vida, amigo, en vida.

No esperes a que se muera
la gente para quererla
y hacerle sentir tu afecto.
En vida, amigo, en vida.

Tú serás mucho más feliz,
si sabes dar felicidad,
a la gente que conoces,
en vida, amigo, en vida.


Mejor que visitar panteones,
y llenar tumbas de flores,
llena de amor corazones,
en vida, amigo, en vida.

viernes, 18 de marzo de 2011

Esto tambien pasara




Una antigua leyenda cuenta que un famoso rey decidió reunir a sus principales sabios y eruditos en un conclave para solicitarles un favor.

"Acabo de traer un gran anillo de mi última conquista" dijo el monarca; "es muy valioso y además me da la posibilidad que puedo guardar algo más valioso aun, en su interior. Necesito que ustedes, al final del día, me den una frase que sea lo más sabio que ningún mortal haya escuchado jamás. Quiero que arriben a una conclusión de sabiduría y luego lo escriban en un papel diminuto. Luego, yo guardare esa frase en mi anillo. Y si algún día, el infortunio permitiera que me encuentre en medio de una crisis muy profunda, abriré mi anillo y estoy seguro que esa frase me ayudara en el peor momento de mi vida".

Así que los sabios pasaron el resto del día debatiendo cual sería esa frase que resumiría toda la sabiduría que ningún humano había oído jamás.

Cuando cayó la noche, uno de los eruditos del reino, en representación de todos los demás, se acerco al rey con una frase escrita en un pequeño papel.
"Aquí esta, su Majestad. Solo tiene que guardarlo en su anillo y leerlo en caso que una gran crisis golpee su vida y su reino".


El monarca guardo el papel en su anillo y se olvido del tema.

A los pocos años, el reino era saqueado por los enemigos y el palacio reducido a escombros. El rey logro escapar entre las sombras y se oculto entre unas rocas, en las afueras de su devastada corte. Allí, observando un precipicio, considero la posibilidad de quitarse la vida arrojándose al vacío, antes de caer en manos enemigas. Fue cuando recordó que aún conservaba el anillo, decidió abrirlo, desenrosco el diminuto papel y leyó, “Esto también pasara”. El rey sonrió en silencio, y cobro ánimo para ocultarse en una cueva, en medio de la oscuridad, hasta que ya no corriera peligro.

La leyenda dice que veinte años después, el rey había recuperado todo su esplendor, a fuerza de nuevas batallas y conquistas. El trago amargo había quedado atrás, y ahora regresaba triunfante de la guerra, en medio de vítores y palmas de una multitud que no dejaba de ovacionarlo. Uno de los antiguos sabios que caminaba al lado del carruaje real, ya anciano, le susurro al rey, "Su majestad, creo que hoy también debería volver a mirar el interior de su anillo".

"¿Ahora?"

"Para que habría de hacerlo? No estoy en medio de una crisis, sino todo lo contrario", replico el rey.

"Es que esa frase no solo fue escrita para los momentos difíciles, sino también para cuando crea que todo lo bueno pareciera que ha de perdurar por la eternidad".

El rey, en medio de los aplausos, abrió el anillo y volvió a leer, “Esto también pasara”, y descubrió en ese mismo instante, que sentía la misma paz que tuvo cuando estaba a punto de quitarse la vida. El mismo sosiego, la misma mesura lo invadió por completo. Aquel día descubrió que la frase que los sabios le habían entregado era para leerla en las derrotas y por sobre todo, en los tiempos de victoria.

miércoles, 16 de marzo de 2011

El Elefante Encadenado


Cuando yo era chico me encantaban los circos y lo que mas me gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante que,como más tarde supe, era también el animal preferido de otros niños

Durante la función la enorme bestia hacia despliegue de su peso tamaño y fuerza descomunal...pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad arrancar la estaca y huir.

El misterio es evidente : ¿ Qué lo mantiene entonces ¿Por qué no huye?

Cuando tenía cinco o seis años yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia :

Si está amaestrado ¿Por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.

Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca...y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.

Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta : EL ELEFANTE DEL CIRCO NO ESCAPA PORQUE HA ESTADO ATADO A UNA ESTACA PARECIDA DESDE QUE ERA MUY, MUY PEQUEÑO.

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.

Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar y también al otro y al que le seguía....Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree - pobre - que NO PUEDE.

El tiene el registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás...jamás....intentó poner a prueba su fuerza otra vez.

Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos" simplemente porque alguna vez, antes, cuando éramos chiquitos, alguna vez probamos y no pudimos. Hicimos entonces, lo del elefante : grabamos en nuestro recuerdo: NO PUEDO....NO PUEDO Y NUNCA PODRE. Hemos crecido portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar.

Cuando mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma : " NO PUEDO Y NUNCA PODRE " Vivimos condicionados por el recuerdo de otros, que ya no somos y no pudieron.

Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo tu corazón.....TODO TU CORAZON".

Jorge Bucay (Recuentos para Demián)