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lunes, 21 de junio de 2010

Los Tres Ancianos

Una mujer salió de su casa y vio a tres viejos de largas barbas sentados frente a su jardín.

Ella no los conocía y les dijo: -No creo conocerlos, pero deben tener hambre. Por favor entren a mi casa para que puedan comer algo.

Ellos preguntaron: -¿Está el hombre de la casa?

-No-, respondió ella, -No está. -Entonces no podemos entrar-, dijeron ellos.

Al atardecer, cuando el marido llegó, ella le contó lo sucedido.

¡Entonces vé, diles que ya llegué e invítalos a pasar!

La mujer salió a invitar a los hombres a pasar a su casa.

-No podemos entrar a una casa los tres juntos-, explicaron los viejitos.

-¿Por qué?-, quiso saber ella.

Uno de los hombres apuntó hacia otro de sus amigos y explicó: -Su nombre es Riqueza... Luego indicó hacia el otro. -Su nombre es Éxito... y yo me llamo Amor. Ahora ve adentro y decidan con tu marido a cuál de nosotros tres Uds. desean invitar a vuestra casa.

La mujer entró a su casa y le contó a su marido lo que le habían dicho.

El hombre se puso feliz: -¡Qué bueno! Y ya que así es el asunto, entonces invitemos a Riqueza, dejemos que entre y llene nuestra casa de riqueza.

Su esposa no estuvo de acuerdo: -Querido..., ¿Porqué no invitamos a Éxito?

La hija del matrimonio estaba escuchando desde la otra esquina de la casa y vino corriendo con una idea: -¿No sería mejor invitar a Amor? ¡Nuestro hogar entonces estaría lleno de amor!.

-Hagamos caso del consejo de nuestra hija-, dijo el esposo a su mujer. Ve afuera e invita a Amor para que sea nuestro huésped.

La esposa salió afuera y les preguntó a los tres viejos: -¿Cuál de ustedes es Amor? Por favor, que venga para que sea nuestro invitado.

Amor se puso de pie y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos también se levantaron y lo siguieron.

Sorprendida, la dama les preguntó a Riqueza y Éxito: -Yo sólo invité a Amor, ¿Por qué también vienen Uds.?

Los viejos respondieron juntos: - Si hubieras invitado a Riqueza o Éxito, los otros dos habrían permanecido afuera, pero ya que invitaste a Amor, donde sea que él vaya, nosotros vamos con él. 

¡Dondequiera que hay amor, hay también riqueza y éxito

Los Trés Últimos Deseos

Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro convocó a sus generales y les comunicó sus tres últimos deseos:






1 - Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los propios médicos de la época.


2 - Que los tesoros que había conquistado (plata, oro y piedras preciosas), fueran esparcidos por el camino hasta su tumba.






3 - Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos.


Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro: ¿Cuáles eran sus razones?






Alejandro le explicó:






1 - Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar que ellos no tienen ante la muerte el poder de curar.






2 - Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.




3 - Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos.






EL TIEMPO es el regalo más preciado que tenemos porque es LIMITADO.






Podemos producir más dinero,
pero NO más tiempo.






Cuando le dedicamos tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida que NUNCA podremos recuperar.


Nuestro tiempo es nuestra vida.