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domingo, 22 de enero de 2012

La vela que no debe apagarse



Cuatro velas se estaban consumiendo tranquilamente. El ambiente estaba tan silencioso que se podía oír el diálogo entre ellas.

La primera dice:
“¡Yo, soy la Paz! A pesar de mi luz, las personas no consiguen mantenerme encendida.”
Y disminuyendo su llama, se apagó totalmente.

La segunda dice:
“¡Yo me llamo Fe! Infelizmente soy superflua para las personas. Porque ellas no quieren saber de Dios, por eso no tiene sentido continuar quemándome.”
Al terminar sus palabras, un viento se abatió sobre ella, y ésta se apagó.

En voz baja y triste la tercera vela se manifestó:
“¡Yo soy el Amor! No tengo más fuerzas que quemar. Las personas me dejan de lado porque sólo consiguen manifestarme para ellas mismas; se olvidan hasta de aquellas que están a su alrededor.”
… Y también se apagó.

De repente entró una niña y vio las tres velas apagadas. Y dijo: “¿Qué es esto? ¡Ustedes deben estar encendidas y consumirse hasta el final!”

Entonces, la cuarta vela, habló:
 “No tengas miedo niña, ¡mientras yo esté encendida, podemos encender las otras velas!”
Entonces la niña tomó la vela de la ESPERANZA y encendió las que estaban apagadas.

sábado, 12 de diciembre de 2009

En paz ( Amado Nervo)





Artifex vitae artifex sui

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales coseché siempre rosas.

... Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.

¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!